Para pensar

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Síntesis de la Semana

Acuerdo Acreedores privados

Esta semana el gobierno pudo acordar con los acreedores privados de la omnipresente deuda. Estamos hablando de tenedores de U$ 66.000 Millones, lo que representa la cuantiosa y a su vez exigua cantidad del 20% de la totalidad de la deuda. Es decir, queda aún un gran porcentaje de vencimiento “pa delante” que demandará apretar el cinturón tanto en la macro como en la infra microeconomía. En términos económicos argentos, básicamente, que los más pequeños se ajusten mucho. Esta ha sido, claramente, una victoria “pírrica”, donde la pérdida más grande ha sido el tiempo en la negociación y la elección del “enemigo”. El gobierno logro, en este tiempo, sus objetivos intermedios políticos como comenzar a consolidarse territorialmente, dividir el liderazgo de la pseudo oposición, ajustar sus equipos de gestión, transcurrir el COVID, crear un consenso sobre la imagen del Presidente, bosquejar un plan de activación económica, etc y bla bla bla. Pero al final de cuentas, hace casi 4 meses esta negociación pudo haberse cerrado. Si vamos a los números de oferta de pago a los acreedores a finales de marzo, los acreedores no estaban tan lejos. Se los voy a representar con famosos emojis: Ofrecimos U$ 40 ?, los Acreedores pretendían U$ 61 ?, el FMI recomendaba no pasarnos de U$ 49 ? y finalmente cerramos en casi U$ 55 ?♂️. Es decir, un 37,5% más de la oferta inicial, un 12% más de lo recomendado por el preocupado FMI y un 9% menos de lo que pretendían los acreedores. Básicamente, esta estrategia de desgaste fue exitosa “pírricamente” en tiempos “chronos”, 4 meses en vilo, como económicos, recesión por incertidumbre más efecto COVID. En el futuro inmediato nos espera negociar U$ 45.000 millones con el FMI, quien básicamente le impondrá a Fernández que se convierta en Macri, salvando las distancias de quien poseía al mejor equipo de la historia, hoy liderado desde la “très chic Paris” o más aún desde Vichy.
Los controles que impondrá el FMI al gobierno, para cerrar el acuerdo, serán los mismos o peores que los demandados al gobierno anterior. Reducir el gasto público, déficit cero, revisiones de las metas fiscales, monetarias y cambiarias, metas sobre el déficit primario, metas del resultado financiero, etc. Es decir, le ganamos muy caro a los privados con los que convenía perder rápido, para enfrentarnos al FMI con el que deberíamos ganar en largo. Los axiomas cotidianos nos hubieran servido, como el que dice: “En un divorcio lo que se arregla con plata es barato” con los acreedores privados, y “No tienes vida si tu suegra vive con vos”, respecto al FMI.
Las imposiciones del FMI, casi diría que “nacerán mientras se entierran” por inviabilidad. No estamos en condiciones de cumplir ninguna en el corto o mediano plazo, por lo que la negociación debería ser muy rápida diciendo a todo que “si”. El “si” del que no tiene nada que perder. Es decir, todo terminará, como siempre, cerrando un acuerdo políticamente inviable en lo estratégico, para dar viabilidad inmediata en la gobernabilidad táctica. Es decir, la famosa alteración de que el Estado, como lo concebimos, es más importante que la Nación como debe proyectarnos.

Nosotros los argentinos, a veces ganamos las guerras que debíamos perder y perdemos las que debíamos ganar. Ni somos Australia ni recuperamos las Malvinas. Sin embargo, Argentina podría tener la solución en la puerta, en la mano, en el futuro. La solución se dirime más con la asociación y capacidad de generar alianzas verdaderas en el ámbito internacional y a largo plazo. El mundo del poder es valiente y el del capital es cobarde, pero hace daño. El capital sigue al poder, porque al final de cuentas necesita quien le respalde sus apetencias y dirima las controversias y ambos van siempre de la mano. De eso nos enseñó el juez Thomas Griesa. Un cambio de visión, de mirada, un gesto, sobre el rumbo al que deberíamos ir para mejorar, abriría todas las puertas de la economía, pero el único problema que tenemos somos nosotros mismos, que, mientras vamos incorporando ideas nuevas, nunca nos desprendemos de las viejas. Las elecciones en EEUU serán decisivas para la economía financiera argentina y según quien gobierne a ese país, tendremos o no un mejor aliado para una reactivación económica como también para una mejor negociación de deuda que venga inexorablemente.

por MARIANO TATO

Especialista en Marketing Político