Para pensar

 Para pensar

Per saltum – per coito

La Corte Suprema está ganando tiempo. Si algo aprendí en este país, es que nadie negocia y administra mejor los tiempos políticos que los ministros del máximo tribunal de Justicia. Admitir el per saltum para tratar el traslado de los jueces es una clara muestra de poder sobre el gobierno y un mensaje directo a que podría admitir, además, tratar la coparticipación presentada por Horacio Rodríguez Larreta y beneficiarlo. Es decir, “te muestro que hago con los jueces” para que veas cómo destruyo tu armonía económica con la guita de CABA. ¿Qué tul? Los tres jueces me importan menos que tus deseos de sobrevivir. ¿Entendés Gobierno? Sin CABA no tenés a los gobernadores y se te prende fuego la provincia de Buenos Aires. Hablemos entonces de cosas importantes. Sentate. Dejemos que la gente se manifieste un rato creyendo que buscan justicia en la “toga” mientras están del lado del “gato”. Brillante movida de la Corte.

La muerte del policía y los idiotas.

Esta semana vimos cómo un desquiciado mental asesinaba a un policía. También debemos recordar a los desquiciados morales que se oponen al uso de las pistolas taser. Estos últimos, enfermos no diagnosticados, que con el “des arte” de la palabra berreta cercenan el derecho a la vida, tanto del protector (policía) y paradójicamente del delincuente. ¡Idiotas en las dos acepciones! En la griega, aquellos donde sus intereses privados y personales privan sobre lo público. Y en la latina, ignorantes. Idiotas que sin tener nada que arriesgar propio, se apoderan de lo ajeno, hasta el máximo valor de la vida, pensando en sus beneficios personales y peor aún, ignorantes del derecho positivo de la legítima defensa. Ninguno de estos petulantes idiotas, estuvo rindiendo homenaje a ninguno de los muertos. Estos desgarbados morales no pueden rendir homenaje, porque sus ideologías son en sí mismas deshonrosas con la vida y sus espíritus son en consecuencia cobardes. Pero encontramos, también, otro tipo de idiotas. El idiota político, donde su miedo a la pérdida de algunos votos miserables, no le dan la valentía de imponer a las pistolas taser como norma de empleo inmediata. Otra vez, la palabra idiota cae al dedillo, ya que el beneficio privado se contrapone al público. ¡Pero es peor aún, ya que está gente tiene un cargo público! Esto demuestra una vez más, que las jerarquías, investiduras y responsabilidades institucionales en nuestro país, no dan ni obligaciones morales ni respaldo jurídico. Otra vez más sufrimos de la “anomia inversa”, donde el responsable de la ley se “irresponsabiliza”. El gobierno, luego de la crisis policial, sabiendo que la inseguridad está aumentando y comprendiendo que la última línea en la calle, entre ellos y los que están enojados, más los que se van a enojar, son los policías, decretaron un día de duelo nacional. ¡Qué bueno! Un acto de supervivencia política anticipada con una total carencia de compasión. A la familia de ambos muertos no les sirve de nada. Mejor sería tener 364 días para apoyar la prevención del delito que un día de llanto por alguien que el día anterior a su muerte no tenía valor político alguno. Cuanta hipocresía manifiesta, pero al menos hicieron lo correcto. Honrar la vida del policía mientras su cuerpo estaba helado en una morgue. Somos maravillosamente “tanáticos” hasta para la vida. Que contradicción. Las flores deben darse en vida, porque al muerto no le sirven y a la familia no la consuela. En un espacio de 5 metros, u atacante con un cuchillo tarda menos en acuchillar que un tirador promedio en desenfundar y disparar. De haberle producido una descarga eléctrica anticipada, ambas muertes se hubieran evitado. Pero a los detractores de la ley y de las formas de ejecutar la ley, jamás les importa eso. Son idiotas, repito, egoístas e ignorantes. Y a todos les cabe el sayo, a los ideólogos y a los políticos que por miedo a perder votos no “hacen lo qué hay que hacer”, como el slogan pedorro que escuchábamos tanto.

Este policía fue asesinado mucho antes de morir. Su cuerpo frío estaba enterrado o cremado, mucho antes de que fuera acuchillado. Policía asesinado por aquellos que viven de la palabra que no dice nada y de la ideología rentable que los  hombres que laburan todos los días no ven la forma de rentabilizar en su vidas.

No solo las pistolas taser son necesarias, también es sumamente necesario e importante que se prohíba el hostigamiento a los ciudadanos. La gente que pide dinero, el vendedor ambulante, el trapito, etc. Quien sabe qué hay en esas cabezas ante una negativa de “proveerles lo propio a un ajeno desconocido” o de “comprar lo no solicitado” cuando uno es hostigado permanentemente en la calle. Simplifico: los políticos deben hacerse valientes para que los ciudadanos no sean amenazados, hostigados y molestados en la vía pública por cualquier persona. La valentía de hacer cumplir la ley.

La muerte de este policía y la reacción política, nos muestra que se vienen tiempos difíciles y el gobierno lo sabe. La policía debe volver a “adueñarse del orden” en las calles. Los ideólogos y detractores del orden, son los dueños de la anomia en la que vivimos. Los políticos cuando no sienten al bien público por encima del poder propio de sus egos, no pueden respetar ni resguardar a las instituciones ni a los hombres que las representan.  Los vendedores ambulantes u hostigadores seriales deben terminarse, porque esto que sucedió es una muestra, la peor hasta ahora, de lo que puede suceder. El policía murió, sin dudas, antes de que el enfermo matase a otro a los minutos. Todos los comedores de sushi en Dashi, tenían en ese momento fecha de vencimiento de vida y no lo sabían. El policía murió por ellos y tal vez no se dieron cuenta a lo que estaban expuestos.

por MARIANO TATO

Especialista en Marketing Político